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Programa: 12/05/2011
11 Conductas que Fomentan la Irresponsabilidad en un Hijo
Muchas veces los padres interfieren en la capacidad o voluntad de un hijo para aceptar responsabilidades por su comportamiento.
Es muy natural que como padres queramos proteger a nuestro hijo. Generalmente lo hacemos para evitarle las consecuencias negativas provocadas por sus malas elecciones o acciones y también buscamos razones para sacarlo del apuro.
La sugerencia es que tengamos cuidado con esto, porque tarde o temprano y seguramente a largo plazo, va interferir en la capacidad o voluntad de nuestro hijo para aceptar responsabilidades por su comportamiento.
Veremos entonces, una lista de algunas conductas con las que muchas veces los padres fomentan la Irresponsabilidad en un hijo;
1. Dar escusas por su comportamiento.
2. Mentir por él.
3. Pagar o enmendar por los errores de nuestro hijo.
4. Demostrar como padre, falta de responsabilidad, compromiso y coherencia.
5. Negarse a creer que un hijo sea capaz de hacer aquello de lo que se lo ha acusado.
6. Ser descuidado a la hora de hacerlo responsable por su comportamiento, especialmente si estamos frustrados, cansados, o comenzando a preguntarnos si vale la pena molestarse.
7. Tolerar y excusar comportamientos inaceptables y ofensivos de parte de él y otras personas, para evitar conflictos adicionales.
8. Pelear batallas por él.
9. Permitir a un hijo en forma repetida no hacerse cargo de las cosas si tiene una buena excusa.
10. Hacer sus “tareas” y asumir sus responsabilidades. Decirnos, que es más fácil si lo hacemos nosotros.
11. Dejarlo disfrutar privilegios, aún si no ha cumplido con sus compromisos o aquello que se le pidió hacer primero. Utilizar: razonamientos como: “Sólo por esta vez” o “De acuerdo, pero esta vez es la última vez”. O agregar la frase muy común y repetida de los padres: “Esta vez lo digo en serio”, aunque no sea así.
Por supuesto que hay más conductas de las que estamos viendo ahora y con las que fomentamos la irresponsabilidad en un hijo. Podemos como ejercicio reflexionar y estar atentos durante el día cuándo es que tenemos esta tendencia de proteger a un hijo por sus malas elecciones o acciones o cuándo estamos sacándolos de un apuro.
Lo importante es creer en él sin idealizarlo y, a su vez, que reconozcamos nuestro valor y la importancia que tenemos como padres aunque no estemos solucionándole a un hijo los problemas o evitando que se haga cargo de sus tareas o responsabilidades.
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